¡Vaya noche se vivió en La Corregidora!, y no es para menos. Pues se sabia que el Gallo recibirá a las Chivas, con esa racha que traían, iba a ser un verdadero desafío. ¡Pero los Albiazules sacaron la garra en el rectángulo verde!
Desde el primer minuto, la energía se sentía electrizante. Apenas me el publico se acomodaba en el asiento, con cerveza en mano, cuando ¡boom! ¡Gol de Ali Ávila! un el grito se escuchó hasta el centro de Guadalajara. Minuto 2, señores, y ya estaba arriba el Gallo 1-0. Un mazazo para el Rebaño que venía con aires de invencible.

El resto del partido fue un ejercicio de fe y de aguante. Chivas tuvo la posesión, en los 90 minutos metieron a los del acueducto en su propia área, movían el balón de lado a lado. Pero al ver a la defensa del Gallo, y un heroico Allison en el arco, multiplicándose, rechazando balones, tapando disparos… La «Hormiga» González no tuvo oportunidad de anotar el tan ansiado gol, pero si un par de ocasiones que hicieron templar al estadio.

El segundo tiempo fue de infarto. Minuto a minuto, el tiempo parecía moverse en cámara lenta. Cada despeje, cada atajada de Allison, cada falta que cortaba el ritmo era un respiro que se sentía como una victoria parcial. ¡Pura garra, puro reflejo! En la recta final, con la expulsión de Ledezma, Chivas se descompuso un poco, y los Albiazules supieron cerrar filas.
El pitazo final se acerca cada vez más. El rugido del Corregidora fue ensordecedor. 1-0. Tres puntos de oro puro. Se termina la racha de Chivas y el Gallo gano con autoridad. No es solo la victoria, es cómo se logró: con el cuchillo entre los dientes, sufriendo cada instante, y celebrando como si fuera una final.

